Tuesday, September 19, 2006

Kuny quiere comprobar que los japoneses fueron los primeros en llegar a América. Yo le decía que no estaba segura si en realidad fueron los japoneses, que pudieron haber sido los chinos o los koreanos si es que su hipótesis parte del parecido fisico con los indígenas, pero que en realidad no tiene importancia, y que conmigo podía hacer uso de su claro (y natural) egocentrismo. Además, tuve la osadía de asegurarle que él pensaba que las balsas sirven para cualquier cosa, menos para llegar al otro lado.


Me dijo que no complique las frase, y que, por si lo había pensado, no hable del olvido; que se refería basicamente a una cuestión cultural: a la forma en la que los incas adoraban a los dioses, a la similitud de los rituales, a la sensibilidad ante el hecho de poder hundir los pies en el fango de la selva. Le dije que yo no concía la selva pero que le creía por una cuestión de estética y que en general me gustaban los asiáticos por motivos mucho más sencillos que esos.


La obviedad; Kuny utiliza los palillos con delicadeza, y come sin asco un pedazo de ají koreano que tiene un nombre inexacto y complicado, como la guerra; llama poco a su mamá, dice que prefiere hacerlo desde México, cuando sepa que ha durado vivo dos américas.


Cambiamos de idioma a cada momento. En inglés logramos reirnos de la globalización.

Supongo que el español se le hace eterno.