Friday, November 24, 2006
"...y solo su alma enferma se figura atrás, atrás de los muros,de aquello que vendrá"

L. Alberto Spinetta,
Ciénaga Dorada

Yo nunca había estado en una entrevista para conseguir un cupo en una universidad. Esa mañana era mi ultima en esa ciudad, y yo no quería irme, pero eso es porque yo nunca quiero irme de los lugares a los que he llegado porque he querido. Y en esto sí tengo que decir que muchas veces he tenido que ir a donde en verdad no me ha dado la gana.

Me atendieron porque quisieron, o porque les dije el día anterior que esa noche me esperaba un larguísimo camino hasta mi casa. A mi me encanta hacer despliegue de mis cualidades histriónicas para conseguir las cosas. Eso, a pesar de que no tendrían que explicarme que es un recurso tan poco original que hasta se ha vuelto un cliché. Con lo que le huyo; antes solo hubiese sido bajo y de mal gusto.

Tener una propuesta tiene un precio. El argentino me miraba desde su lado del escritorio, y leía mi ridícula hoja de vida; al final se me ocurrió tirarme a sabida y decirle que la vida de la gente no se puede poner en una hija papel bond, y claro, se me cagó de risa y me dijo yo no estaba ahí para explicarle eso.

Ecuador adquiría otro sentido desde esa silla. El director me preguntó por quien iba a votar, y aunque se justificó diciendo que la situación del país le interesaba, yo creo firmemente que estaba satisfaciendo una de las cualidades magníficas que tenemos los latinos: hacer de la individualidad un asunto colectivo.

Mis amigos escritores dicen que son escritores porque ese es su trabajo y a los panas no les pueden mentir; yo todavía no digo que tengo un oficio claro, o estoy en la etapa modesta de decir que no sé nada, aunque me haya costado aprender todo lo que sé. Pero me aceptaron en la universidad y solo por eso no me quejo de haber esparado tantas horas a un argentino que eligió otro continente para vivir, ni de que me hayan cambiado el nombre a fuerza pronunciación. Si al final sigue siendo lindísimo.
 
Wednesday, November 15, 2006

Cuando dejé a Daniela en una estación de Barcelona, me despedí como si la fuera a ver mañana. Es que a mi las despedidas me parecen algo parecido a la prolongación del quien sabe, sobre todo si son muy largas. Así que mejor evitarnos problemas, que para el llanto y las ausencias ahora estamos bendecidos con el internet.


En tan pocos días lo unico que probablemente puede cambiar es una.


La importancia de que en una sala pequeña dos monas, cuatro belgas, un valenciano y dos cantabros vean la televisión en catalán no es tan mínima. A mi hasta se me antoja como un gran paso en el proceso comunicativo de las masas; como por ejemplo, cuando todos nos sentamos en la mesa y hasta renace la idea de contemporaneidad. (escritores gringos, de los que prácticamente no he leído a ninguno)


No me gusta explicar el significado de procedencia, y ahora tampoco me gusta discutir. Si un español me dice que sudaca no es peyorativo me rio y lo acepto, y sigo tomándome su cerveza. Incluso soy capaz de escribir en un papel amarillo “sudaquia will be waiting”, solo para despistar.


Joaquín Sabina es español, de Jaén, vive en Madrid y el sábado estaba en Quito. Cuando cantó 19 días y 500 noches llamé a Daniela, que ahora ha vuelto a su loma en Perugia, para que sepa que la extraño y no que solo me estaba acordando de ella. La distancia es una mierda, y no importa si lo que está en medio se llama océano o resulta que nada más es una cordillera.


De nuevo supe que mi casa no está en Quito, pero a veces puede que sí, de tanto que parece...


No te fíes si te juro que imposible,
no dudes de mi duda y mi quizás.
El amor es igual que un imperdible
perdido en la solapa del azar...

La luna toma el sol de madrugada,
"nunca jamás" quiere decir "tal vez".
La muerte es una amante despechada
que juega sucio y no sabe perder.

Estoy tratando de decirte que
me desespero de esperarte,
que no salgo a buscarte porque sé
que corro el riesgo de encontrarte;
que me sigo mordiendo noche y día
las uñas del rencor;
que te sigo debiendo todavía
una canción de amor.


Todavía una canción de amor